Xuan Bello canta a una tierra y una infancia perdidas. ¿Se puede perder lo que no se ha poseído? Bello no ha poseído esa Asturias idílica que le duele, no ha conocido un paraíso de campesinos porque los paraísos no existen y sin embargo les canta y los confunde con una infancia abortada precozmente. Poeta a los dieciséis, siempre le acompañarán las mismas obsesiones. Cita al Pessoa de Messagem, «todo comienzo es involuntario». Y no añade que todo final es dolor, pero sí dice que de la literatura, como de la vida, queda la ceniza.