Lasst von Trier dio rienda suelta a dos de sus temas preferidos en este cinematográfico monumento visual y sonoro al amor materno
Pero va más allá. Más allá y aborda la virtud del inocente, de esa inmigrante con pocas luces que lucha contra la adversidad, para evitar la ceguera hereditaria de su hijo.
Y sigue yendo más allá –con cierto antiamericanismo- al denunciar desamparo de los humildes en esa sociedad opulenta. Y lo hace al criticar la felicidad de la sociedad de consumo, la doble moral de la familia media americana, la deshumanización empresarial, el desamparo del humilde donde no hay Estado del Bienestar, donde el sistema judicial prima la defensa del rico, y al fin, como no, denuncia la pena muerte.
Y, es curioso, el experimento, el Dogma, le funciona a Last a base de recurrir a las técnicas que siempre han estado ahí al servicio del cine. ¡Como mueve la cámara!
Causa estupor desde la primera imagen. Esos minutos con la pantalla llena música que se va llenando de color, sin imágenes pero protagonizados por el fondo musical de Björk son atrevidos… ¿quiere prepararnos,? ¿que nos vaciemos, para ser llenados…?
No sé. Me parece que la música es otro personaje mas de la pelicula. Adquiere en la película el papel de gran medio de evasión de la gente común, de la gente sencilla, del lenguaje común que toda la gente entiende por encima incluso de las lenguas y los idiomas.
Recordad el refrán español… “Cuando el español canta esta jo…robado o poco le falta”. ¿No es acaso eso lo que hace Selma? ¿Cantar a la adversidad, ponerle ritmo y música?
Creo estamos otra vez ante un planteamiento que da lugar a mucho muchas lecturas.
¿Son el infantilismo y la ingenuidad alternativas para conseguir la felicidad?.
Selma es una desgraciada, pobre, inmigrante, madre soltera, con una enfermedad progresiva que la va a dejar ciega y que, para colmo de desgracias, ha heredado su hijo. Es esa madre que se mata a trabajar en una acería ruidosa y peligrosa y para colmo es víctima del robo que el hombre de orden –el policía- comete.
Cuantas madres limitadas en todos los sentidos no solo de salud (de formación, de recursos etc.) hacen lo mismo para que su hijo/a no tengan esa su “ceguera y sean mas” es decir no pasen por lo que ellas están pasando?. ¿Es la ceguera de Selma una metáfora de la limitación que la limita a ella y ella no desea herede su hijo?
En cualquier caso Selma es capaz de lo mejor y lo peor por su hijo, y sueña que él será operado y tendrá una vida mejor, por ello da la vida.
Selma es esa madre –como tantas- que sólo vive/n para su/s hijo/s. Unos hijos a los que se ama incondicionalmente.
La interpretación es genial, Björk –que en realidad es cantante y compositora alcanza unos registros de sensibilidad y emotividad que llenan la pantalla y expresan esa felicidad maternal increíble que te llega a abrir las carnes.
@TO+
Y me lo he perdido…buscare en el Video Club esa peli para poder lleverle la contraria a To+,que lo veo muy feminoide ultimamente…,perdon..quise decir feminista…
Mil peliculas y mil libros no serian suficientes para dibujar un pequeño destello,ni un rayito,de la emocion de ser padres,de la naturalidad del sactificio,de la empatia con el hijo (hasta el ridiculo )..
.
No quiero seguir opinando sobre lo que no he visto…lo que escribio Pilar sobre la preocupacion compulsiva,casi morbida,para que nuestros hijos nos sobrevivan ,y,en condiciones ventajosas,me encanto..»El gen egoista cabalga de nuevo».La biologia sigue siendo mas apasionante que la culturay que las reglas de sociabilidad.
Esa es la impronta de la evolucion,los mamiferos varones tb lo han hecho suyo..
Que ricos¡¡¡
besitos…
bloggeros¡¡
Todos tenemos nuestra singular forma de ver el mundo. A veces cuando contrastamos opiniones nos damos cuenta de que algunas de ellas son compartidas por otros y nos alegramos, pero la mayoría de las ocasiones pensamos y sentimos de diferente forma que el resto y también nos alegramos, curiosa paradoja.
Cuando pienso en Selma, la protagonista ciega de «Dancer in dhe dark» y en esa depurada técnica cinematográfica de tropecientas cámaras sobre ella como ojos espectantes deseosos de que Selma vuelva a bailar aunque sea en la oscuridad, en el recuerdo, en su amable y generosa entrega de darse a la vida, incluso a la muerte, acepto con impotencia contenida una declaración de principios, de profunda moral, lejos de comulgar con cualquier imagen del mundo que no sea la de ella.
Destacaría de «Bailar en la oscuridad» el doble uso de la cámara que hace Lars Von Trier. Como bien explicó Leni, el grupo Dogma 95 surge como reacción al abuso de los efectos especiales y otros artificios cinematográficos y busca la esencia del cine simplificando los recursos técnicos. Este reduccionismo es también un recurso impactante inspirado en el maestro Dreyer. Porque simple es la mente de Selma y simple es su vida: repetitiva, monótona y asfixiante sobre la que planea la tragedia de la actual ceguera propia y futura del hijo. Por eso también es limitado el uso de la cámara. El director nos circunscribe con violencia a un mundo plano, rápido, entrecortado, donde se mezclan las escenas, las conversaciones, con algo de confusión, desenfocado. Intuyo que esta forma de rodar pretende reflejar la cotidianeidad de Selma. Luego aparece la música y de su mano la protagonista viaja a un mundo imaginario que cobra ritmo, sentido y luz. Por eso en los números musicales Von Trier hace un uso magistral de la cámara. Cientos de cámaras, planos inverosímiles, fotografía cuidadamente onírica. Se acabó el aspecto documental y empieza el sueño y así disfrutamos con Selma de la magia del arte, para muchos, el único redentor posible.
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noviembre 27, 2009 a 7:32 pm
TO+
Lasst von Trier dio rienda suelta a dos de sus temas preferidos en este cinematográfico monumento visual y sonoro al amor materno
Pero va más allá. Más allá y aborda la virtud del inocente, de esa inmigrante con pocas luces que lucha contra la adversidad, para evitar la ceguera hereditaria de su hijo.
Y sigue yendo más allá –con cierto antiamericanismo- al denunciar desamparo de los humildes en esa sociedad opulenta. Y lo hace al criticar la felicidad de la sociedad de consumo, la doble moral de la familia media americana, la deshumanización empresarial, el desamparo del humilde donde no hay Estado del Bienestar, donde el sistema judicial prima la defensa del rico, y al fin, como no, denuncia la pena muerte.
Y, es curioso, el experimento, el Dogma, le funciona a Last a base de recurrir a las técnicas que siempre han estado ahí al servicio del cine. ¡Como mueve la cámara!
Causa estupor desde la primera imagen. Esos minutos con la pantalla llena música que se va llenando de color, sin imágenes pero protagonizados por el fondo musical de Björk son atrevidos… ¿quiere prepararnos,? ¿que nos vaciemos, para ser llenados…?
No sé. Me parece que la música es otro personaje mas de la pelicula. Adquiere en la película el papel de gran medio de evasión de la gente común, de la gente sencilla, del lenguaje común que toda la gente entiende por encima incluso de las lenguas y los idiomas.
Recordad el refrán español… “Cuando el español canta esta jo…robado o poco le falta”. ¿No es acaso eso lo que hace Selma? ¿Cantar a la adversidad, ponerle ritmo y música?
Creo estamos otra vez ante un planteamiento que da lugar a mucho muchas lecturas.
¿Son el infantilismo y la ingenuidad alternativas para conseguir la felicidad?.
Selma es una desgraciada, pobre, inmigrante, madre soltera, con una enfermedad progresiva que la va a dejar ciega y que, para colmo de desgracias, ha heredado su hijo. Es esa madre que se mata a trabajar en una acería ruidosa y peligrosa y para colmo es víctima del robo que el hombre de orden –el policía- comete.
Cuantas madres limitadas en todos los sentidos no solo de salud (de formación, de recursos etc.) hacen lo mismo para que su hijo/a no tengan esa su “ceguera y sean mas” es decir no pasen por lo que ellas están pasando?. ¿Es la ceguera de Selma una metáfora de la limitación que la limita a ella y ella no desea herede su hijo?
En cualquier caso Selma es capaz de lo mejor y lo peor por su hijo, y sueña que él será operado y tendrá una vida mejor, por ello da la vida.
Selma es esa madre –como tantas- que sólo vive/n para su/s hijo/s. Unos hijos a los que se ama incondicionalmente.
La interpretación es genial, Björk –que en realidad es cantante y compositora alcanza unos registros de sensibilidad y emotividad que llenan la pantalla y expresan esa felicidad maternal increíble que te llega a abrir las carnes.
@TO+
noviembre 27, 2009 a 8:40 pm
isabel
Y me lo he perdido…buscare en el Video Club esa peli para poder lleverle la contraria a To+,que lo veo muy feminoide ultimamente…,perdon..quise decir feminista…
Mil peliculas y mil libros no serian suficientes para dibujar un pequeño destello,ni un rayito,de la emocion de ser padres,de la naturalidad del sactificio,de la empatia con el hijo (hasta el ridiculo )..
.
No quiero seguir opinando sobre lo que no he visto…lo que escribio Pilar sobre la preocupacion compulsiva,casi morbida,para que nuestros hijos nos sobrevivan ,y,en condiciones ventajosas,me encanto..»El gen egoista cabalga de nuevo».La biologia sigue siendo mas apasionante que la culturay que las reglas de sociabilidad.
Esa es la impronta de la evolucion,los mamiferos varones tb lo han hecho suyo..
Que ricos¡¡¡
besitos…
bloggeros¡¡
joer..que poco inspirada estoy….
noviembre 28, 2009 a 12:08 pm
Telma bonet
Todos tenemos nuestra singular forma de ver el mundo. A veces cuando contrastamos opiniones nos damos cuenta de que algunas de ellas son compartidas por otros y nos alegramos, pero la mayoría de las ocasiones pensamos y sentimos de diferente forma que el resto y también nos alegramos, curiosa paradoja.
Cuando pienso en Selma, la protagonista ciega de «Dancer in dhe dark» y en esa depurada técnica cinematográfica de tropecientas cámaras sobre ella como ojos espectantes deseosos de que Selma vuelva a bailar aunque sea en la oscuridad, en el recuerdo, en su amable y generosa entrega de darse a la vida, incluso a la muerte, acepto con impotencia contenida una declaración de principios, de profunda moral, lejos de comulgar con cualquier imagen del mundo que no sea la de ella.
noviembre 28, 2009 a 12:29 pm
Telma bonet
Perdonad el resbalón , he querido escribir «ojos expectantes»
Saludos y no dejeis de ver la peli.
diciembre 1, 2009 a 1:00 pm
Virtudes López
Destacaría de «Bailar en la oscuridad» el doble uso de la cámara que hace Lars Von Trier. Como bien explicó Leni, el grupo Dogma 95 surge como reacción al abuso de los efectos especiales y otros artificios cinematográficos y busca la esencia del cine simplificando los recursos técnicos. Este reduccionismo es también un recurso impactante inspirado en el maestro Dreyer. Porque simple es la mente de Selma y simple es su vida: repetitiva, monótona y asfixiante sobre la que planea la tragedia de la actual ceguera propia y futura del hijo. Por eso también es limitado el uso de la cámara. El director nos circunscribe con violencia a un mundo plano, rápido, entrecortado, donde se mezclan las escenas, las conversaciones, con algo de confusión, desenfocado. Intuyo que esta forma de rodar pretende reflejar la cotidianeidad de Selma. Luego aparece la música y de su mano la protagonista viaja a un mundo imaginario que cobra ritmo, sentido y luz. Por eso en los números musicales Von Trier hace un uso magistral de la cámara. Cientos de cámaras, planos inverosímiles, fotografía cuidadamente onírica. Se acabó el aspecto documental y empieza el sueño y así disfrutamos con Selma de la magia del arte, para muchos, el único redentor posible.